jueves, 13 de septiembre de 2012

Cristina Arreola Márquez


Beatriz*



Cristina Arreola Márquez

Beatriz amaneció con sangre en las manos. Después de una noche de sueños turbios provocados por un primer insomnio. Pero despierta sacudiendo las pestañas con cubierta de lagañas. Enjuaga sus manos sin herida alguna, sin siquiera un rasguño. Tiende las camas, riega el jardín y barre al frente. Se acerca a la cocina, busca un cuchillo para rebanar las verduras, no lo encuentra, seguramente sus hijos lo utilizaron para algo, ya tendrá tiempo para regaños. El aceite caliente en el sartén, listo para la carne, será un delicioso desayuno sazonado con venganza. En la olla de agua hervida flotan los ojos, mientras un tenedor perfora el iris para comprobar su cocción, a la vez que un corazón se fríe entre zanahorias, cebolla y brócoli. Agua de diente molido, té con cabellos rubios, postre de piel con limón. Todo listo, la mesa servida, Beatriz y su marido almuerzan. Ha estado delicioso, un platillo fenomenal. Beatriz plancha su vestido negro.
Hoy habrá un funeral de niños.



* Este cuento se publicó en la plaquette Nínive (2010) de la colección Ouroboros, editado por la Universidad de Colima.

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