Durante su ponencia nos narra el siguiente texto:
Fue renombrado este pueblo de campesinos, originalmente Oswiecim, en el Sur de Polonia. Renombrado para ser recordado- ¿para siempre? - en los arados de la Historia.
Fantasía. La visita a los pueblos de concentración y exterminio nazis de Auschwitz - Birkenau me pareció una fantasía. Una historia inventada para una museografía. La cámara de gas, un lugar en donde se escucha el más mínimo eco. Los relatos de las meticulosas formas de muerte, de los trabajos forzados y castigos, un guión más en la lista. La visita fue para mí un recorrido de un museo como otros tantos.
Pero por la noche me llegó el espanto.
19 de febrero de 2013
...
Réquiem. Me pregunto por las tierras de cultivo abonadas con las cenizas del exterminio. Por el calor de los abrigos manufacturados con telas a base de cabello humano. Me pregunto por las muerte cotidiana de quienes sobrevivieron sabiéndose siempre los enemigos. Por los militares, médicos, arquitectos, ingenieros protagonistas de la barbarie. ¿Será la misma muerte en vida, el mismo holocausto interno de los ex-prisioneros que lograron salir de Auschwitz - Birkenau vivos?
Diez por ciento de los militares y funcionarios alemanes que ocasionaron el holocausto fue encarcelado después de la guerra; ellos, torturados y asesinados en nombre de la ley. Rusia o Polonia. Alemanes o polacos. Cristianos o judíos...
Holocausto: del griego Holos = todo, Kaustos = quemado.
Todo quemado.
Estas y otras historias más nos platica Miguel Govea durante su viaje a Polonia que duró poco más de un mes.
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