Fragmento
" Tres sitios concentran la vida de la ciudad: en toda ciudad normal otro tanto sucede. Uno es la casa de los dioses, otro el mercado, y el tercero el palacio del emperador. Por todas las colaciones y barrios aparecen templos, mercados y palacios menores. La triple unidad municipal se multiplica, bautizando con un mismo sello toda la metrópoli.
El templo mayor es un alarde de piedra. desde las montañas de basalto y de pórfido que cercan el valle, se han hecho rodar moles gigantescas. Pocos pueblos -escribe Humboldt- habían removido mayores masas. Hay un tiro de ballesta de esquina a esquina de cuadrado, base de la pirámide. De la altura, puede contemplarse todo el panorama chinesco. Alza el templo cuarenta torres, bordadas por fuera, y cargadas en lo interior de imaginería, zaquizamíes y maderamiento picado de figuras y monstruos. Los gigantescos ídolos -afirma Cortés- están hechos con una mezcla de todas las semillas y legumbres que son alimento Azteca. A su lado, el tambor de piel de
serpiente que deja oír a dos leguas su fúnebre retumbo; a su lado, bocinas, trompetas y navajones. Dentro del templo pudiera caber una villa de quinientos vecinos. En el muro que lo circunda, se ven unas moles en forma de culebras asidas, que serán más tarde pedestales
para las columnas de la catedral..."
El templo mayor es un alarde de piedra. desde las montañas de basalto y de pórfido que cercan el valle, se han hecho rodar moles gigantescas. Pocos pueblos -escribe Humboldt- habían removido mayores masas. Hay un tiro de ballesta de esquina a esquina de cuadrado, base de la pirámide. De la altura, puede contemplarse todo el panorama chinesco. Alza el templo cuarenta torres, bordadas por fuera, y cargadas en lo interior de imaginería, zaquizamíes y maderamiento picado de figuras y monstruos. Los gigantescos ídolos -afirma Cortés- están hechos con una mezcla de todas las semillas y legumbres que son alimento Azteca. A su lado, el tambor de piel de
serpiente que deja oír a dos leguas su fúnebre retumbo; a su lado, bocinas, trompetas y navajones. Dentro del templo pudiera caber una villa de quinientos vecinos. En el muro que lo circunda, se ven unas moles en forma de culebras asidas, que serán más tarde pedestales
para las columnas de la catedral..."
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