viernes, 27 de septiembre de 2013

Blimel Luna - Fragmento - Crónicas de Luna

Crónicas de Luna (Fragmento)
22 de septiembre de 2013 a la(s) 2:11

–¿Un libro de historia? –Le pregunté intrigado

–Ábrelo –Respondió mientras no me perdía de vista, esperando el momento en que lo hiciera. Y lo hice, dentro de ese libro, se encontraba una hoja de papel cuidadosamente doblada y al abrirla me di cuenta que era una carta con un pétalo de rosa en el centro y en hermosa caligrafía, el mensaje de “Siempre estaré a tu lado amor”.

–¡Vaya!, una carta romántica. Un poco raro que esté dentro de este libro ¿No crees?

–No cualquier carta, la primera y única carta de mi primer y único amor. –Se levantó y se dirigió hacia la cocina, mientras seguía platicando conmigo a la distancia.

–Dicen que recordar es volver a vivir. Una forma de viaje en el tiempo donde vuelves a ver esos buenos y malos momentos…El momento de nuestro primer beso, ¿Sabes? No puedo cambiar eso, así como tampoco puedo cambiar el instante de nuestro lento y agónico último beso…–Yo le escuchaba con atención, a pesar de que se encontraba en la cocina. Regresó dela cocina con un par de copas y una botella de vino a medias. Mientras las servía, siguió contándome su historia.

–Desde entonces, desde ese entonces…ando vagando sin un rumbo fijo y con el acertijo de la incertidumbre…buscando unas caderas que me salven del naufragio…una boca que me quite la sed…–Se tomó su copa de un solo trago y quedó en silencio

–Pero si te notas tan feliz, y tienes la fama de salir con muchas mujeres –Dije

–¿Qué es lo que quieres que te diga eh? –Preguntó en tono exaltado y mientras llenaba su copa con los remanentes de ese insípido vino:

–Fingir amor en el sexo sin amor lo considero una habilidad…tú sabes, desde aquél día que perdí la fe... –Mientras suspiraba se sentó en su viejo sofá. Con la mano derecha tocándose el rostro y con la mano izquierda sosteniendo el vino. terminó la frase:

–Podrá ser distinta la mujer, pero siempre...siempre es la misma soledad...Y después de casi 40 meses de esa carta,aún la conservo. Dentro de sus dobleces, un pétalo de la primera rosa que le regalé...todo perfectamente sellado entre las páginas de un libro de historia,porque al final, eso es lo que somos ahora.

–Yo estaba ahí, frente a esa carta que ha sido la musa congelada en el tiempo de aquél sujeto que pensé lo tenía todo, hasta ese momento.

...

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